“Explorando el tratado de alta mar: Un futuro esperanzador”

El tratado de alta mar busca proteger los ecosistemas cruciales de nuestros océanos.


Un tratado histórico en la mira de los océanos

En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos de 2025, el esperado tratado de alta mar se perfila como una de las iniciativas más importantes para la protección de los ecosistemas marinos. Adoptado en junio de 2023 tras tediosas negociaciones, busca regular la conservación de hábitats marinos vitales en áreas internacionales.

A pesar de que el tratado cuenta con 113 firmantes, la ratificación de 21 de ellos lo deja aún lejos de los 60 necesarios para su implementación. Esta situación plantea un desafío significativo para la acordada protección de los océanos que cubren más del 60% de nuestro planeta.

Imagen de océano

Progresos en las negociaciones

Las negociaciones en Nueva York han generado ciertos avances, acercando a los países a consolidar el marco institucional esencial para que el tratado de alta mar entre en vigor. Aún así, debido a la ausencia notable de Estados Unidos en las discusiones, la situación se complica, lo que ha despertado inquietud entre los defensores del medio ambiente.

Expertos como Nichola Clark de Pew Charitable Trusts resaltan que hay optimismo moderado, con la esperanza de que se logre alcanzar el umbral de 60 ratificaciones antes de la conferencia en Niza, programada para junio. Esta reunión no solo reunirá a delegados políticos, sino también a más de 2,000 científicos para discutir los desafíos acuáticos a los que nos enfrentamos.

Imagen de conferencia sobre océanos

Un nuevo horizonte en la cooperación internacional

La puesta en marcha del tratado de alta mar sería un hito en la defensa de la biodiversidad, marcando un cambio en la forma en que países de todo el mundo colaboran frente a la crisis climática. La incertidumbre de la presencia de Estados Unidos y sus recientes anuncios sobre minería marina profundizan aún más la preocupación de muchas naciones sobre su compromiso con la protección de los océanos.

Desafíos como el cambio climático y la contaminación en aguas profundas requieren un enfoque global. La cooperación entre países será esencial para preservar este recurso vital para generaciones futuras. La ausencia de potencias como Estados Unidos podría sentar un precedente preocupante para la gobernanza ambiental internacional.

Expectativas hacia el futuro

Las expectativas están puestas en que, a lo largo de este año, se concretarán más ratificaciones, lo que permitiría que el tratado de alta mar sea implementado antes de finales de 2025. Esto generaría un nuevo marco de esperanza para iniciativas de conservación en alta mar, particularmente en aguas internacionales, que actualmente se encuentran muy desprotegidas.

Una de las principales metas es proteger el 30% de la superficie terrestre y marina para el año 2030. La realización de este objetivo está íntimamente relacionada con el éxito del tratado, haciendo aún más urgente su ratificación y posterior implementación.


Una línea para pensar

Las decisiones que tomemos hoy sobre nuestras aguas compartidas determinarán el legado que dejaremos a las futuras generaciones.