¿Por qué las cebollas te hacen llorar según la ciencia?

Entiende la ciencia detrás de por qué las cebollas te hacen llorar y explora formas de mitigar este efecto.

¿Alguna vez te has preguntado por qué las cebollas tienen la habilidad casi mágica de hacerte llorar? Este efecto tan común y, a menudo, molesto tiene su explicación en la química y está vinculado a la interacción entre varias moléculas presentes en la cebolla.

Imagen de cebolla

La molécula responsable: el factor lacrimógeno

Cuando cortas una cebolla, estás liberando rápidamente una serie de compuestos químicos que, de manera natural, están diseñados para proteger a la planta. Uno de estos compuestos es el ácido sulfenico, que rápidamente se transforma en factor lacrimógeno. Este gas es el culpable de hacerte llorar.

Química de la cebolla

Un acto defensivo de la planta

De manera inesperada, las cebollas no tienen la intención de hacerte llorar; sencillamente intentan defenderse. Las enzimas y precursores químicos almacenados se combinan al ser dañados los tejidos de la cebolla, produciendo esta irritante reacción como un mecanismo de defensa contra posibles depredadores.

La reacción en tus ojos

Así pues, cuando el gas alcanza tus ojos, reacciona con el agua en ellos formando ácido sulfúrico, aunque en muy bajas concentraciones. Este ácido irrita las terminaciones nerviosas de tus ojos, provocando esa sensación de ardor que induce a las lágrimas como un intento natural de lavar la irritación.

Reacción en los ojos

¿Cómo evitar las lágrimas?

En este sentido, hay varias tácticas que puedes intentar para evitar este fenómeno. Desde cortar la cebolla bajo agua corriente, refrigerar la cebolla antes de cortarla o usar un cuchillo bien afilado para reducir los daños a las células, pueden ayudarte a disminuir la cantidad de gas liberado.

Explorando más allá de las lágrimas

Curiosamente, los científicos todavía estudian formas de modificar este proceso para desarrollar variedades de cebolla que no causen lágrimas, todo sin perder su sabor característico. Y como siempre ocurre con la ciencia, aunque entendamos un fenómeno, nunca dejamos de estar fascinados por sus mecanismos y posibles usos.

Investigación de cebollas

Una línea para pensar

Lo que nos hace llorar a menudo puede inspirar asombro y curiosidad.

Fuentes consultadas:
Scientific American, Nature, Universidad de Stanford

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